lunes, 12 de diciembre de 2016

Gravedad y electromagnetismo

Todo tiene dos formas de verse en la vida, una es la parte del deseo y otra la de la atracción. El deseo lo podemos llamar la gravedad, aunque prefiero eso que pasa como si fuera un milagro y sin pensar. Eso que nos hace vibrar no solo el alma, sino no sé, incluso la piel.

Los cuerpos se atráen entre sí con una fuerza proporcional a la distancia cuando se establece algún tipo de conexión.
Los objetos lejanos afectan al movimiento de las cosas cercanas y a su forma de moverse, imagina todo lo que nos influencia y nos inspira, todo eso también nos atrae.

Los momentos que vivimos y nos han dado placer nos encanta revivirlos constantemente, despiertan nuestros deseos, y cuando nos paseamos por los torrentes de nuestros recuerdos, los vemos, y se nos despiertan cosas que nos inspiran a reescuchar esas melodías que tanto nos conmueven.
A mayor cantidad de elementos a nuestro alrededor, mayor vibración se genera y de forma más nos atraen.
La fuerza de la gravedad decáe rápidamente con la distancia. Todos los objetos ejercen una fuerza que afecta a nuestro movimiento de un modo sutil dice Einstein.
Un niño montado en un tiovivo es atraído hacia el exterior por las estrellas lejanas digo yo, me quedo igual y dando vueltas a si lo tengo todo controlado, y me vuelvo a dar cuenta de que siempre voy detrás cuando persigo al destino, eso es gravedad.
¿Por qué sucede esto?
Pues porque estamos hechos de amor, de luz, de vida, y no paramos de dar vueltas por el mundo.

La atracción de pensamientos se produce incluso escuchando una canción, viendo una película, mirando una fotografía...
Somos lo que comemos y lo que pensamos, en todos los sentidos.
Te conviertes en lo que más piensas en armonía y atráes lo que más piensas en armonía.
Los pensamientos tienen masa, y por eso envían señales magnéticas que atraen unas cosas y repelen otras.
Cuando tienes un pensamiento, atráes pensamientos semejantes.
Seguro que alguna vez has tenido un pensamiento que te disgusta, y cuanto más piensas nunca ocurre. Eso es porque lo que piensa en armonía no es nuestro cerebro, sino todo, incluso el alma de nuestro corazón.
En cuestión de minutos generas tantos pensamientos que influyen incluso en tu carácter, en tu estado físico y en el de los que te rodéan.
Cada pensamiento es fuerza, cada sueño, cada ilusión. Y esto tal vez sea lo más importante que has leído en tu vida, piénsalo. Otra cosa es que lo entiendas, si no es el caso, mejor cierra el libro y tómate una cerveza.

El silencio a veces dice poco, a veces dice mucho, y es raro, pero siempre dice algo.
Ese infinito compañero de nuestra vida, ese amigo que lo dice todo y nada, y sin decir nada lo dice todo, que es y que está siempre a tu lado, toda la vida. Tiene sus más y sus menos, su claridad y su oscuridad. Y sus colores, recuerda que en las noches más oscuras es cuando más resalta la luna y las estrellas.
Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, no lo vayas a decir.

De las cosas más bonitas que conozco, una de ellas es la sonrisa de una persona. Recuerdo escuchar mi corazón en los momentos más placenteros, esa dulce caricia de la quietud de la tranquilidad, como si fuera un silencio musical.
El silencio acaba afectando a todo el mundo como el agua puede con las rocas más duras. Como las palabras comunican emociones, el silencio sentimientos. Un silencio vale más que mil palabras.

La gravedad y el magnetismo en el ser humano son como la soledad y la compañía en la física, generan energía necesaria para no estar ni encontrarnos solos. La soledad, cuando la sentimos conscientemente, nos ayuda y nos activa a encontrar algo que nos compense ese vacío antes de que esa soledad llegue a nuesto interior y nos reprima la energía positiva.
Y por ello, se puede afirmar que la soledad en nosotros, es un concepto doble y singular, plural y sencillo.
Gravedad es deseo, cariño es magnetismo. Puedes tener cariño a una hoja o a una cosa, y esa cosa no tiene por qué tener cariño por tí. Pero la energía siempre fluye.

domingo, 11 de diciembre de 2016

Efecto fotoeléctrico


Los electrones saltan fuera de la superficie en cuanto la frecuencia de la luz con que se les ilumina es lo suficientemente alta.
Esta frase quiere decir cuando algo se llena, se desborda.
La intensidad de un rayo de luz de una frecuencia determinada aumenta cuando el número de fotones aumenta también.
Esta frase quiere decir que cuanto más abrimos el grifo, más agua sale, en este caso luz.

Efecto fotoeléctrico
A Einstein le dieron el premio Nobel por sus estudios del efecto fotoeléctrico. A mí me gustaría ser un poco como el, aunque a veces recuerdo eso que leí, cuidado con lo que pensamos, que a veces se cumple. Y entonces me lo pienso.
El físico alemán Heinrich Hertz descubrió en 1887 que, cuando la radiación electromagnética (la luz) ilumina ciertos metales, y estos emiten electrones negativos. Emiten, en el sentido de que saltan fuera de la superficie, como si allá donde toca la luz reflejara lo sobrante.
¿Serán los fotones positivos? Los fotones son tan sólo la unidad de la luz.
El color de los objetos que observamos, es el resultado del reflejo del color que no puede ser absorvido, vemos una cosa azul porque se absorven todos los colores excepto el azul, y si se emiten electrones, parece que los colores están muy asociados a estas partículas. No quiero decir que los electrones sean de colores, porque el color de la luz depende de la frecuencia, de la rapidez del movimiento de las partículas llamadas vibraciones.
Con los datos que me aporta hasta ahora la ciencia, me quedo con que los fotones son blancos, y cuando se reflejan, la vida nos brinda su color en forma de electrones.

A primera vista se podría pensar que, cuando la intensidad de la luz (su brillo) aumenta, la velocidad de los electrónes emitidos también aumentará,  ya que la onda electromagnética de choque adquiere más energía.
Pero esto no sucede.
En cambio, el número de electrones emitidos aumenta, pero su velocidad permanece igual.
Por otro lado, se ha observado experimentalmente que la velocidad de los electrónes emitidos sí que aumenta cuando aumenta la frecuencia de la luz que choca contra la superficie, y, lo que es equivalente, la velocidad de los electrónes disminuye si disminuye la frecuencia de la luz.
(Para las ondas electromagnéticas correspondientes a la parte visible del espectro, un aumento de la freciencia supone un cambio en el color desde el rojo al naranja, al amarillo, al verde, al azul, al lila y, finalmente, al violeta.
Las frecuencias más altas que la del violeta no son visibles. De hecho, cuando la frecuencia de la luz utilizada disminuye, se llega a un punto en que la velocidad de los electrónes emitidos desciende hasta cero y la superficie deja de emitirlos, independientemente de la intensidad de la fuente de luz.
Según la física actual, por alguna razón desconocida el color del haz de luz que choca, determina si se van a emitir electrones o no, y si se emiten, la energía que tienen.
Según la teoría de las ondas, depende de la composición de la materia el que se reflejen electrones, y dependerá de la frecuencia de sus vibraciones el color que se genere. La única materia que no refleja electrones es el vacío absoluto.